Boston – New York… Directo y sin escalas

Una vez que arribamos a nuestro
destino, decidimos rentar un auto por los siguientes días que estaríamos en la
ciudad y para poder movernos con más libertad. (la verdad es que USA es el país de
los automóviles, nadie, absolutamente nadie camina, todo mundo utiliza el automóvil.
El país fue construido pensando en esa forma de transportarse, con calles muy
amplias, estacionamientos en cada esquina y grandes autopistas).
Entregamos la licencia y la tarjeta de crédito, y comenzamos
a ojear un pequeño catálogo con los tipos de autos que se podían rentar.
Mi amigo me dijo que quería comprarse
un JEEP (4X4) y que, si no me importaba, le gustaría rentar específicamente ese
coche para probarlo. La verdad es que es son tan baratas las tarifas por los vehículos
que no dude en ningún momento en dar el visto bueno. Cinco minutos después nos
entregaron un papel y nos dijeron, suban esas escaleras y en el estacionamiento
les entregaran su auto. Sí, no les miento, apenas cinco minutos te toma rentar
un coche en USA. Una vez en el estacionamiento que era enorme, buscamos el
logotipo de la empresa que habíamos elegido y un tipo de la misma empresa se acercó
a nosotros y nos pidió el papel, lo reviso y nos dijo, ¡síganme! Pensé que nos iba
a llevar hasta un JEEP, sin embargo, se limitó a decirnos:
- ¡El tipo de vehículo que rentaron, es cualquiera
de los que están estacionados en esta línea! (mientras señalaba una enorme línea
de autos de súper lujo que incluía los clásicos ¨American Muscle cars¨
¡¡GOD BLESS AMERICA¡¡
atracciones turísticas en aquel país (¿qué más podría ser?, es entendible, es un país muy joven).
Pues bien, compramos nuestro boleto para tomar el tour dentro del estadio, con visita guiada y todo el show, la verdad fue bastante agradable, eso es lo que hay, esa es la cultura y hay que descubrirla también. Finalmente llegaba el día y momento del evento que nos había llevado a ese lugar, así que manejamos a las afueras de la ciudad, hasta el Gillette Stadium, hogar del equipo de futbol americano Patriotas de Nueva Inglaterra, (si, ese deporte que se parece al Rugby, pero con protección en todo su cuerpo). Por cierto, muy apropiado el nombre de Nueva Inglaterra, y es que la arquitectura de la ciudad es muy similar a la icónica arquitectura inglesa, donde los ladrillos de arcilla parecen el símbolo de mayor identidad (lo que en este momento me recuerda mucho a Londres y Medellín, Colombia, pero de eso les platicare otro día). En fin, el partido para nosotros fue un desastre, el jugador que queríamos ver, ni siquiera salto al campo pues estaba lesionado y la selección de nuestro país perdió el encuentro con un gol de último minuto.
Al salir del estadio y una vez de
vuelta en el auto, no teníamos rumbo fijo, revisamos en el GPS el tiempo
aproximado que nos tomaría llegar a New York, cuando vimos en la pantalla: cinco
horas y media. Nos miramos de reojo y entrecerramos los ojos como signo de picardía
y aprobación, ambos estábamos pensando lo mismo. New York City Boy… Nuestra
siguiente parada. Yo sería el primero en manejar y a la mitad del trayecto debería
de despertar a mi amigo para que el manejase el segundo trayecto. Personalmente
me gusta manejar, más si voy montado sobre un V8, el ronroneo de ese motor es
como música para mis oídos. El camino resulto bastante placentero, sobre una
autopista de cuatro carriles en cada sentido, con muchas curvas y atravesando áreas
de frondosos bosques en medio de la noche obscura con la luna llena en su máximo
esplendor, si no fuera porque iba mi amigo en lugar de una chica sexy, hasta
hubiera pensado que era bohemia la escena. El maldito de mi amigo, se durmió profundamente
como una piedra, trate de despertarlo un par de veces para que me relevara al
volante, pero iba tan profundamente dormido; tenía una expresión un tanto
infantil e inocente mientras disfrutaba del sueño, inicialmente quería darle un
par de bofetadas para despertarlo, pero termine arrullándolo con una canción de
cuna. ¡Así que me pare en una gasolinera para despejarme un poco y comprar una
bebida energética que me despertase, era tanto el sueño que compre una de 500
ml y me la tome como un vaso de agua… ho-ho! grave error, No pude cerrar mis ojitos en las próximas
doce horas. Pero valió la pena, en un crespúsculo al amanecer y después de más
de siete horas (y no cinco y media como lo había estimado el GPS) se vislumbró
en el horizonte el icónico puente de Brooklyn, vaia vaia, agradable postal,
nunca antes había llegado a esa ciudad por tierra, siempre lo había hecho por
aire.
No era la primera vez que estaba en Manhattan, pero aquella vez descubrí una versión mas agradable, manejé hasta Times Square y una vez allí, desperté a mi amigo para decirle orgullosamente:
No era la primera vez que estaba en Manhattan, pero aquella vez descubrí una versión mas agradable, manejé hasta Times Square y una vez allí, desperté a mi amigo para decirle orgullosamente:
-
¡Aquí lo tienes!, el icónico New York.

…El resto es
historia, fue un viaje agradable.
Sarahel
Sarahel
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