Ensayo sobre The Matrix




A pesar de que fantaseamos con la idea futurista de por fin construir la llamada Inteligencia Artificial con el fin de (me atrevo a especular siendo optimista) hacer nuestra vida más fácil, salvar vidas o en su defecto y en el peor y más obscuro y siniestro de los casos; como un mero acto de soberbia humana pretendiendo querer ser Dios y crear vida o algo superior, sublime y abstracto como lo es eso que hoy en día llamamos IA. Los esfuerzos en aras de alcanzar dicho objetivo son titánicos, las grandes potencias como lo son actualmente hoy Rusia, China, USA y un poco más atrás, Francia, Alemania y el Reino Unido, todos ellos enclaustrados en una nueva carrera tecnológica como en su momento lo fue la carrera espacial y la conquista de la Luna durante la Guerra Fría. Aquellas potencias piensan que quienes logren desarrollar la IA lograra dominar el mundo durante las próximas generaciones, de forma similar lo hizo USA al desarrollar la bomba nuclear. Me atrevo a pensar que no están nada perdidos en ese aspecto, tan seguros están de que el logro de la IA les dará el estatus de potencia que desestiman los riesgos que la creación de un ente intelectualmente superior al ser humano (su propio creador) a pesar de que algunos científicos (Elon Musk, Michio Kaku) ya han advertido de los riesgos. Aquel sueño por el desarrollo de la IA tiene también su lado obscuro, sus riesgos que por bizarros que parezcan o como nos lo han hecho parecer en películas como Terminator o The Matrix, parecen ser un riesgo que vale la pena correr.
De esta última película (The Matrix) se desprenden una serie de reflexiones que quiero externar en voz alta y que plasmo en este ensayo. Dicha película lejos de ser una película de acción (seguramente para la mayoría) y muy buena por cierto, es desde mi humilde punto de vista una película filosófica (seguramente también lo es para una minúscula minoría que se ha detenido a pensar en los planteamientos, cuestionamientos y escenarios apocalípticos que plantea). Solo que a diferencia del escenario futurista en el que se desarrolla la historia (prácticamente doscientos años en el futuro del que se grabó es decir el año 2199) pienso que ese futuro fatalista en el que somos dominados y esclavizados por la inteligencia artificial ya nos alcanzo y aunque no se ha consumado de tal forma como lo plantean en la película en cierta medida ya somos esclavos de los smartphones, del internet, del Youtube y demás aplicaciones, al grado que pareciera que si a un joven hoy en día le quitas todas esas herramientas quedaría reducido al el hombre de las cavernas siendo optimistas, si no es que más atrás aun en la cadena evolutiva, pues el hombre de las cavernas ya era homo sapiens y las generaciones hoy en día cada vez piensan menos. Hoy en día hay estudios serios que ya hablan del estrés que sufre la gente al no tener su teléfono consigo. Continuando con el ejemplo de la esclavización, ni se diga del hecho de que después de tener una conversación en voz alta de cierto tema, si vas a buscar inmediatamente algo en Google el buscador te mostrara como primeras opciones los artículos relacionados con el tema del que estabas hablando. Es obvio que están escuchando a través de nuestros teléfonos todo el tiempo y que los algoritmos inteligentes de navegación no hacen otra cosa mas que adelantarse a nuestras acciones. Otro ejemplo interesante que vale la pena revisar es el escándalo de Cambridge Analytics, grupo de investigación que se presume con que le basta tener la información de cinco likes en tu perfil de Facebook para definir tu perfil psicológico y un par de likes mas y se dicen capaces de presentarte información especifica capaz de manipular tu punto de vista. Por inverosímil que parezca parece que estos de Cambridge Analytics ya han vendido sus servicios a mas de un candidato presidencial de países potencia y les han ayudado exitosamente a consumar el triunfo en sus respectivas elecciones y ni que decir de las Fake News, vaya forma de distorsionar nuestra realidad. Esto ultimo posible gracias a la adquisición de enormes bases de datos como las de Facebook donde de manera voluntaria vertimos toda nuestra información personal o Google que hasta los dejamos ser capaces de saber donde estamos en todo momento, los dejamos escuchar que estamos diciendo y claro, saben que información estamos buscando en internet. Es por eso que todas las grandes empresas como Amazon, Facebook, Google, etc, se la pasan reclutando analistas de datos, programadores y desarrolladores de inteligencia artificial y por inteligencia artificial no me refiero específicamente a una super computadora que sea capaz de reproducir el funcionamiento del cerebro, sino a algoritmos de computadora capaces de anticiparse al comportamiento individual y colectivo de la sociedad. La Matrix fatalista y apocalíptica que nos presentan en la película puede que aun no se nos presente como tal, no vivimos hoy en día dentro de un programa de computadora aunque si vivimos una realidad hasta cierto punto virtual, sin embargo existe algo más preocupante y lo que en la película dio origen a la matrix (la IA de los algoritmos); esa ya está viva y la estamos alimentando todos los días, seguirá creciendo y tal vez, un día aparezca como una chispa de divinidad la verdadera y única inteligencia artificial (la que funcione como el cerebro humano) que supere la capacidad de raciocinio del humano. Mientras esa inteligencia artificial (la de los algoritmos) sigue gestándose siendo nosotros los que hacemos el trabajo celular (de células, haciendo a la analogía del proceso de generación de un cerebro durante la gestación, no de teléfonos móviles) de construirla día a día, ya nos tienen esclavizados como generadores de energía, en el sentido literal (tenemos una dependencia directa a la energía, no solo las computadoras, toda nuestra vida cotidiana está en función de la energía-Petróleo) y en el sentido figurado, aunque en sentido figurado la energía sea mas bien dinero, o peor aún, el concepto errado de dinero y lo que eso signifique en nuestra sociedad, dinero que desde hace mucho tiempo dejo de tener un verdadero respaldo físico (oro, luego petróleo y hoy en día nada, el dinero como tal hoy en día no vale nada). Si no me creen cuando les digo que ya nos tienen esclavizados, solo miremos a nuestro al rededor y busquemos cosas que tenemos y que en realidad no necesitamos o peor aún, vean como multitudes de gente hacen filas en las afueras de las tiendas Apple para endeudarse por la adquisición de un dispositivo móvil para seguir alimentando la base de datos que cada día se vuelve más en nuestra contra, más triste aun, la gente le teme más al colapso económico de la sociedad que a la misma muerte, y si no, vean como los gobiernos de todos los países anteponen la estabilidad económica a la salud de los seres humanos (COVID-19), tanto a nivel gubernamental como en lo individual, la inmensa mayoría prefiere correr el riesgo de morir antes de dejar de generar dinero, parafraseando a mi amigo Pepe Mujica: “hemos creado monstros que no podemos controlar, nosotros no controlamos la economía, la economía nos controla a nosotros”. Afortunadamente aun nos controla el dios dinero, en un futo lejano será la inteligencia artificial.

No descarto por irracional que parezca la existencia de una Matrix como la que describen en la película (hahaha) y creo al mismo tiempo en una matrix equivalente, con algunas variantes en la forma, pero con el mismo fondo, aquella que nos han hecho creer que es nuestra realidad pero que es parte virtual y parte real.

Estrictamente respecto a la película:
Algunos diálogos del guion son exquisitos, incluso presentan analogías de algunas teorías filosóficas de antiguos pensadores griegos. Los efectos especiales fueron un punto de quiebre en la cinematografía que incluso hoy en día viéndolos en retrospectiva y a la sombra de los avances tecnológicos en cuestiones de efectos especiales, aun dos décadas después no los han logrado superar. Que tonto Will Smith al rechazar el papel protagónico de Neo al pensar que los efectos especiales que le planteaban en el proyecto serian imposibles de realizar; un gran actor con una mente tan pequeña.  


Sarahel.
Sarahel.

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