La Isla del monasterio negro



También conocida como isla de los monjes negros, es una pequeña isla ubicada en la costa atlántica de Francia en la región del Pays De a Loira. Dentro de la isla existen cuatro pueblos: 
Barbâtre, L'Épine, La Guérinière  y el mas grande y el principal que lleva el mismo nombre de la isla; Noirmoutier. Es en este último donde pertenece la hoy madre de mis hijos, razón por la que vine aquí en primera instancia y razón por la cual también hemos elegido como nuestra residencia habitual en Francia. Después de todo la vida tan acelerada y carente de espacio de Paris no es un lugar para criar a los hijos, mientras que una casa frente al mar, en un tranquilo y por demás hermoso lugar como este parecen el lugar idóneo para llevar una vida tranquila en la que podamos disfrutar de ver crecer a nuestros hijos.

He descubierto en Noirmoutier algunos detalles que he encontrado dignos de describir en un post de este insignificante blog. Para los que no conocen Francia, no al menos las provincias, deben saber que en la mayoría de los pueblos no puede faltar como era de esperarse una iglesia y un castillo. Esta isla no es la excepción, tiene la iglesia de Saint Philbert (donde tuve la dicha de casarme) y respectivo castillo, en este caso medieval del Siglo XII. Ambos monumentos son dignos de visitar si es que tienen la oportunidad de venir hasta aquí. Pero no son esos detalles de los que les quiero platicar, pues como les acabo de decir, un castillo y una iglesia son casi obligatorios en cualquier pueblo, por lo tanto no son tan relevantes o interesantes como los siguientes, no obstante tenía la obligación de comentarlos.

Ahora sí, los detalles curiosos. Pues primero lo primero, comenzare por decirles que hasta antes de los años ochenta, solo había dos formas de acceso a la isla. Naturalmente en barco y por un camino llamado Le Gois. No es un camino cualquiera, si así fuese no lo habría declarado la UNESCO como patrimonio de la humanidad. ¿Se preguntarán que tiene de especial este camino como para estar encumbrado tan alto?, bueno, es un camino de piedra que conecta a la isla con el continente y que aparece cuando la marea baja (2 veces por día), la verdad es que resulta ser un espectáculo bastante agradable y si no tan solo miren el siguiente video.


Como dato curioso, el camino no solo conecta a la isla, sino que resulta ser un camino mas corto para quienes quieren ir al continente, pues el otro camino es por un puente que conecta a la isla en el punto mas estrecho de mar pero que esta en el extremo, por lo tanto si quieres salir de la isla tienes y si quieres tomar el puente, tardaras unos veinte minutos más, mientras que si tomas el camino Le Gois, no solo disfrutaras de un agradable paisaje, sino que ahorraras tiempo de viaje. De allí se desprenden algunas anécdotas chistosas, o no tan chistosas, pues resulta que nunca falta el abusado que le quiere jugar al temerario (coff mi suegro coff) y quiere cruzar el camino cuando la marea ya esta subiendo, a mas de uno los han tenido que ir a rescatar en helicóptero y lanchas pues ya “se los está cargando el payaso” (expresión coloquial de la jerga mexicana de barrio) pues se han quedado varados a mitad del camino y literalmente con el agua al cuello y uno que otro no ha tenido la suerte de que los rescatistas hayan llegado a tiempo y a esos si, “se los cargo la tía de las muchachas” (otra expresión de jerga coloquial mexicana).

La isla es también conocida por un par de rasgos más que son sumamente interesantes. La producción de sal y el cultivo de papas, ambas cosas de manera casi artística, pues la sal se produce de manera artesanal y antigua, aprovechando el agua de mar contenida en pequeños estanques de tierra dejándonos ver algunas postales por demás interesantes y bonitas. Las papas por su parte son cultivadas de manera orgánica y abonadas con algas marinas, resultando en unas pequeñas papas que son altamente cotizadas en la cocina francesa por su exquisito sabor.



Pues bien, hasta aquí, les he platicado de los tres emblemas de la isla que no solo me han llamado la atención, sino que son eso mismo, emblemas de los que les tenia que hablar obligatoriamente. Existen algunas otras cosas que han captado mi atención, una de esas es la presencia de bunkers en la isla, desafortunadamente existen a lo largo y ancho de las playas los remanentes de la ocupación nazi durante la segunda guerra mundial, unos horrendos bunkers de concreto que no han podido remover, no se si por el costo que implica destruirlos o como recordatorio del pasado tenebroso de Europa en tiempos de guerra y de la capacidad del ser humano para envilecerse, no lo sé, lo cierto es que siguen allí y aunque son feos, no dejan de ser remanentes históricos. Curiosamente, algunos de estos bunkers se localizan en lo que hoy en día son vecindarios completamente urbanizados y me ha resultado por demás curioso darme cuenta de que la gente ha convertido los bunkers en casas, si, los han adaptado para ser habitables. Para quienes les cueste imaginarse un bunker nazi acondicionado como casa, les dejo una de las casas-bunker como yo las he bautizado.




Algunas se encuentran en barrios sumamente lujosos y exclusivos (lo que es entendible pues los mas ricos son los que se han ido a vivir frente al mar).

De estos bunkers, o mas bien de esta obscura parte de la historia de la ocupación se desprenden algunas historias mas obscuras aun, pues es un secreto a voces que algunas familias de la isla no dejaron pasar la oportunidad de hacer negocio durante la guerra y sin pena alguna abrieron algunas tabernas y prostíbulos para los soldados y generales alemanes. Evidentemente nadie te dice quien o quienes fueron las familias que no tenían empacho en aprovechar la ocupación de su propio país para emprender un negocio con el enemigo, ustedes juzguen la situación, yo solo describo los hechos.
Siguiendo un poco con este tema, en mi afán de recolectar más información de esta parte de la historia, le pregunte a mi esposa si sus abuelos le habían platicado algo de la guerra, de lo cual palabras más, palabras menos, me ha dicho que un tío se tuvo que ir a la guerra, que su abuela le dijo que escaseaba mucho la comida en esos tiempos y que a las zorras que se metían con los alemanes, acabada la guerra les raparon el cabello… si, que intenso. Desde mi humilde punto de vista, no es para menos, también hubiesen rapado a los sin vergüenza que abrieron burdeles para entretener a los nazis y hacerse ricos al mismo tiempo, pero bueno, quien soy yo para enjuiciar, al final de cuentas eran hombres y mujeres en unas circunstancias muy adversas de las cuales, a la falta de más elementos, sería mejor no emitir ningún juicio.

Pues bien, hasta aquí mi reporte de la isla, que es mil veces mas bonita de lo que burdamente les he podido describir, no faltaba más, pues es para resumirlo en una frase: un tradicional y exclusivo pueblo francés a la orilla del mar.

Aquí les dejo un link de la isla, por si le quieren dar una revisada y conocer un poco mejor de lo que les estoy hablando, en una de esas hasta se animan a visitarlo, si es así, no olviden pasar a decir Bonjour!.

Sarahel.

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