35


No puedo resistir la tentación de compartir con mis queridos peluchebibiers este pequeño balance retrospectivo de mis a partir de hoy 35 años de vida.

Cerrare los ojos y tratare de traer al presente el recuerdo más antiguo: ¿que viene a mi mente?; un cielo azul ‘’sin una nube en el cielo’’ (Como dice D’Artagnan) y un avión surcando el cielo mientras yo siendo un niño de diría unos 6 o 7 años, tirado en el patio de la casa de mi mama mientras observa el cielo y el avión se pregunta a si mismo ¿como se vera la casa desde allá arriba?.

¿Que aspiraciones tenia cuando comenzaba a tener consciencia de mi futuro?, ¿qué quería yo en la vida? Seria bueno cotejar lo que uno deseaba de niño con lo que una ha logrado de adulto y creo que hoy que cumplo 35 años es un buen momento de hacer ese análisis. Pues bien, lo cierto es que las respuestas que lograba imaginar en mis años de adolescente se resumían a estudiar geofísica o geología como mi abuelo, para tener un trabajo bien remunerado y poder viajar. Tal y como lo hacia mi abuelo quien fue es y será siempre mi referente.

¿Hoy en día puedo decir que he consumado aquellos planes?. (que, mas que planes eran sueños o aspiraciones casi inalcanzables para un joven pueblerino y de familia disfuncional como yo).
Con miedo a pecar de arrogante doy respuesta a dicha pregunta de forma muy tajante. Si, he cumplido absolutamente todo aquel plan de vida que me trace. Casi sin cambiar ni una coma, es más, puedo decir que he superado a mi maestro, quien fue también guía espiritual e intelectual, pero por encima de todo fue, es y será por siempre mi muy estimado abuelo. No quiero dejar pasar la oportunidad de aclarar que absolutamente nada de aquel proyecto de vida habría sido posible sin él, por eso y mucho más, le estaré siempre agradecido.

Pero ahora lanzo al aire una pregunta mas profunda y punzante, ¿haber alcanzado mis metas me ha traído felicidad?, la respuesta es igual de tajante que la anterior pero exactamente contraria. Es decir, la respuesta es NO. Esa es la realidad. Al menos yo pensaba que eso me traería felicidad y no ha sido así, me ha dado mucha satisfacción eso que ni qué, pero irónicamente la verdadera felicidad la he encontrado en otros aspectos de mi vida.

Hoy a mis 35 años me siento satisfecho con el trabajo que profesionalmente he desarrollado, pero felicidad como tal, irónicamente la he encontrado en escribir. Cuando publique mi primer libro y ahora que estoy escribiendo el segundo, me he dado cuenta de que realmente disfruto de tal actividad, al grado de decir que me hace por momentos feliz. Vaya paradoja, ¿no creen?. Pero mi trabajo profesional no ha sido del todo ingrato, me ha servido tal como lo pronostique, para tener una excelente calidad de vida que me permitiese vivir cómodamente y viajar. Estas ultimas cosas me han hecho feliz, por lo tanto, concluyo que pensar en un trabajo que te haga feliz es casi utópico. Envidio a quienes se pueden jactar de ello.

Ahora bien, los viajes, ¡ho! Si, los viajes. Me siento afortunado de haber tenido el placer de tomar una cerveza en las playas de Grecia, de irme de rumba en Medellín, de conocer el socialismo de Cuba, el Capitalismo de USA, la calidad de vida del primer mundo de Europa y la precariedad de África, agradezco a la vida por la oportunidad de haber viajado a esos lugares y muchos más, pero sobre todo agradezco a la vida y a Dios por haberme puesto en aquel avión con rumbo a medio oriente donde tuve la oportunidad de conocer a la chica que me robaría el pensamiento y hoy madre de mis hijos.

La vida me ha enseñado que la felicidad se encuentra en las cosas que uno menos espera, irónicamente en cosas que parecieran incluso muy sencillas, muy básica.

¿Qué nuevos planes he trazado ahora?, vaya, ahora no todo es sobre mí, criar bien a mis hijos, hacer feliz a mi esposa, ser un buen padre, ser un buen esposo, ser un buen ser humano.

Siempre quise también ir a rusia, para conocer una linda mujer y casarme, creo que eso ya nunca sucederá, allí si que me fallo por unos cuantos grados de latitud el plan, igual quiero ir a rusia, pero ahora con mi familia. Quiero comprarme un velero y aprender a navegar y seguir escribiendo.

Espero poder cumplir todo eso.

¿A todo esto, como se ve la casa de mi mama desde un avión?

En uno de mis tantos viajes, tuve la oportunidad de tomar una foto de la casa de mi mama desde un avión…




Solo les puedo decir que hasta pequeña se ve.

















Sarahel.

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